Cuando los reductores de velocidad entran en funcionamiento, el lubricante y el aire en su interior se calientan debido a la fricción de los elementos internos. Sin embargo, al detenerse el equipo, tanto el aceite como el aire se enfrían nuevamente hasta nivelarse con la temperatura ambiente. Durante este proceso, el aceite y el aire experimentan una expansión y contracción de volumen que debe ser compensada; de lo contrario, la presión interna de la caja podría hacer que los sellos se dañen y provoquen una fuga de aceite.

Los filtros respiradores son esenciales para permitir que el aire caliente dentro del equipo salga cuando se genera presión interna y, a su vez, permitan la entrada de aire fresco cuando el equipo se enfría y el aceite se contrae.